El Decálogo del Community Manager para la universidad (extraído del Decálogo de la Mujer del César de Enrique Dans)

1. Lo primero que necesitará en la red es poner a punto sus orejas. Escuche, es decir lea, escúchelo todo. Las conversaciones (en la red) sobre su universidad, sus titulaciones, su categoría o sobre la competencia de otras universidades merecen su atención: dótese de las herramientas y de los medios adecuados para monitorizarlas en tiempo real. (Google Alerts y similares, métase en los grupos de redes sociales adecuados, siga a algunos alumnos en Twitter, sigue a los periódicos locales con Google Reader)
2. No se preocupe si lo que escucha no le gusta: en la web es fácil que predomine la negatividad. Tómese cada queja como una oportunidad para la mejora, y recuerde que las quejas, aunque usted no las escuchase, ya estaban allí.(Recuerdo cierto foro oficial de alumnos donde..., los foros de los másters que algunas veces escudriño; y cómo toda esa valiosa información se ha ido a Facebook y ahora he de 'pedirles' que, por favor, me dejen entrar a sus grupos... :-) ).
3. Tener orejas está bien, pero no es suficiente. Para la vida en la red, es preciso tener una boca. Replantee su presencia en la red, abandone las páginas estáticas y aburridas los panfletos populistas como la Bienvenida del Rector en la web y similares, y opte por medios sociales: plantéese un blog (o un Joomla) como página principal, participe en redes sociales, y desarrolle una presencia visible, fácil de encontrar, en tantos medios como pueda atender con los medios adecuados (sin sobrepasarse, claro).
4. El que tiene boca, se equivoca: piense en su comunicación como pensaría en una conversación. Puede equivocarse, todos podemos. Pero si yerra, olvídese del “sostenella y no enmendalla” típico de la (mala) comunicación corporativa: en la web social hay que saber reconocer los errores, pedir disculpas y corregir lo que se hizo mal de manera rápida y adecuada, además un error corregido rápido se olvida pronto y nos hace ver como humanos delante de nuestros alumnos, sus padres, el resto de la comunidad universitaria etc...
5. No se dedique constantemente a decir lo buena y maravillosa que es su universidad (como en ciertos anuncios de radio que parecen sacados de los primeros pinitos en propaganda de Joseph Goebbles... aunque luego se hizo más ladino y mortalmente convincente). Piense en la conversación como si fuese una charla con amigos: si hablásemos a nuestros amigos como lo hacen las empresas de sus productos, seríamos completamente insoportables. Y no mienta: las mentiras, en la red, tienen las patas cortas. (Si no eres el mejor en cierta titulación, y además no se puede demostrar... No lo digas!!!).
6. No deje las decisiones en manos de cualquiera. Dejar la imagen o la reputación de su universidad en manos de una empresa externa con limitado conocimiento de la misma o de un becario recién caído en su puesto es una temeridad.
7. La conversación debe ser genuina. Si le hablan de engañar, de inventar perfiles, inventar comentarios positivos (que escribe Vd. mismo), de simular votos, de crear falsos fans o de estrategias de ese pelaje… eche inmediatamente a quien se lo esté proponiendo.
8. No toda acción debe conllevar necesariamente una reacción. Determinadas actitudes no merecen respuesta, se descalifican solas. Y por supuesto, no hay que aceptarlo todo.
9. Recurrir a los jueces debe ser el último, último recurso: no suele ser buen consejo judicializar la conversación. Hágalo solamente si de verdad no queda otro remedio.
10. Y sobre todo, si va a conversar, converse. No plantee información estática, aburrida y sin valor. Ofrezca puntos de contacto, conteste preguntas, aporte ideas… no tenga todo el rato una actitud de venta, como un comercial con el cuchillo entre los dientes: trata con personas, sea persona. Sea decente. Y además, como la mujer del César, parézcalo.

Fuente: http://www.enriquedans.com/2010/08/decalogo-de-la-mujer-del-cesar-en-expansion-y-empleo.html
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