Y es que al final, como casi siempre, el éxito al impartir un curso online depende del contexto. Fundamentalmente, del nivel inicial y disponibilidad de tiempo de mis aguerridos alumnos ("Sí Profesor X!!!, obviamente lo más importante es la pericia del profesor, habilidades pedagógicas online y de conocimiento de la materia, y la calidad de los materiales. Mas ese no es el tema del post de esta mañana"). Si trabajan y son avezados informáticos, algunos se pueden enfrentar directamente al examen final (test en Moodle) sin necesidad de martirizarse con los interminables cuestionarios de cada uno de los temas (de los que luego saco TODAS las preguntas de dicho examen). Si tienen poco tiempo y su nivel no es tan alto también les puede venir bien disponer del pool de cuestiones test de dicho examen en un único apartado donde las puedan consultar una a una (con el riesgo evidente de de que copien, claro). Si quieren ir al grano, nada mejor que numerar las preguntas, para que apunten en el examen final los códigos de las que no sepan y las consulten en el pool de cuestiones test anterior.

Realmente, la única verdad absoluta que he extraído es que el alumno ha de poder consultar siempre en la plataforma la razón por la cual una cuestión test es errónea, lo que conlleva un ingente trabajo del profesor para escribir el feedback (que se mostrará a posteriori) de todas y cada una de las cuestiones que presenta a los alumnos.

PD: El Profesor X, madrugador de fin de semana donde los haya, me acaba de mandar el DM a mi cuenta de Twitter siguiente: